DJ Alfredo, el hombre que dio sonido al alma de Ibiza
03 enero 2025

DJ Alfredo, el hombre que dio sonido al alma de Ibiza

Desde el siglo pasado, Ibiza ha sido un imán para almas libres. La isla ha crecido, y sigue creciendo, como un punto de encuentro para la confluencia de culturas. Aquí no existen fronteras: sus olas llaman a todos aquellos que hablan el idioma universal del baile. Alfredo Fiorito supo escuchar la diversidad de los sonidos de la isla y el espíritu de quienes la habitaban. Sin apuros ni etiquetas, durante sus años en Amnesia creó un género musical que capturaba la esencia única de Ibiza, un lugar como ningún otro en el mundo.

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Imagina esto: es 1976, tienes 23 años y estás dejando tu país, escapando de la dictadura y la represión. Vuelas de Argentina a España y, siguiendo el consejo de otros exiliados, decides aterrizar en una isla que, según dicen, es lo más cercano al paraíso. En los años 70, la idea de vivir en un lugar idílico no se limitaba a sus aguas turquesas, montañas energéticas o al sol eterno. Lo que realmente definía este paraíso era la experiencia tan preciada de vivir en libertad.

Cuatro años después de su llegada, Alfredo Fiorito encontró su primer mezclador mientras trabajaba sirviendo copas en un bar del puerto de Ibiza. El aparato tenía dos platos y un funcionamiento sencillo: subir un cursor o el otro para que sonara el disco. Fue ahí donde Alfredo descubrió su pasión por ambientar espacios a través de la música. Poco a poco, fue perfeccionando la técnica, pinchando en aquel bar y en otros pequeños espacios de la isla.

En 1983 comenzó nuestra historia con él. Alfredo fue contratado para un evento privado en Amnesia, y al año siguiente se convirtió en nuestro DJ residente. Nuestra terraza a cielo abierto, los árboles que aún permanecen y la emblemática fuente con la pirámide se transformaron en un oasis de disfrute. La magia del espacio se intensificaba con la luz del amanecer, y Alfredo lo supo aprovechar. Aunque su set terminaba temprano por la mañana, continuaba pinchando para los pocos trabajadores que quedaban. Su sonido empezó a resonar, el boca a boca se expandió, y las mañanas en Amnesia se convirtieron en el after que todos deseaban experimentar. Era el lugar donde la gente comenzaba el día bailando, compartiendo y siendo ellos mismos.

Pero, ¿qué fue lo que atrajo a jóvenes y adultos, ingleses y españoles, hombres y mujeres? Lo que en la isla parecía tan diverso, Alfredo lo transformó en algo homogéneo a través de la música. Fusionaba éxitos de todo el mundo, tocando las fibras sensibles de todas las culturas y leyendo la energía de la gente mientras daba vida a un nuevo vinilo. Seguramente se preguntó: “¿Por qué conformarme con un solo género si puedo mezclarlos todos?”. En la diversidad de los beats, Alfredo encontró una manera de guiar a los bohemios en un viaje sonoro que tocaba la puerta de todas las emociones: euforia, melancolía, romance, liberación. Todo formaba parte del mismo espectáculo nacido en Amnesia.

Alfredo descubrió que sus raíces en el rock argentino podían fusionarse con el funk y el soul afroamericano que estaban en auge. También entendió que el reggae, el disco y el pop podían ofrecer momentos únicos con la misma intensidad de alegría a pesar de sus ritmos variados. Convirtió las diferencias en una fuerza poderosa, alcanzando un punto estelar con la llegada del house, que unió todas las piezas en perfecta armonía.

En el año 1987, este latido tomaría un pulso más intenso el día en el que los emblemáticos DJs británicos Danny Rampling, Paul Oakenfold, Nicky Holloway y Johnny Walker se embarcaron en Amnesia para vivir la novedosa experiencia de la isla. Ellos fueron investigadores, alquimistas y propulsores; tomaron los sonidos electrónicos que crecían en Chicago junto a la libertad de los sonidos de la isla para dar forma a lo que se establecería como el “Balearic Beat” y el “Acid House”, en Reino Unido. Se podría decir que el corazón de la música electrónica internacional nació aquí, durante los años 88’ y 89’ bautizados como “Segundo verano del amor”, se determinó el poder único de la música electrónica y el baile fundándose la cultura Rave. 

Los largos años de Alfredo en Amnesia fueron influencia mundial, y su sonido ecléctico dio origen, casi sin proponérselo, al hoy icónico “Balearic Beat”, símbolo de la multiculturalidad de Ibiza. Que nuestra Terraza haya sido la pista de baile donde nació este hito de la música electrónica nos llena de orgullo. La energía que Alfredo generó en Amnesia sigue viva; los años pasan, pero la esencia y el mensaje permanecen intactos: bailar y olvidarlo todo.

Gracias, Alfredo. Descansa en paz y, como nos enseñaste, sigamos bailando.